A veces asociamos excesivamente la salud y el bienestar de los niños con su alimentación física. Sin embargo los estudios señalan, aquello que hemos intuido desde siempre; el poder de nuestro amor y su injerencia en el desarrollo
Pues bien, resulta que nuestro contacto cumple una parte importante en la nutrición, tal cual la leche o el pan. Las caricias ayudan en las relaciones neuronales como en la tonicidad de los músculos, en la adquisición del idioma como en la conciencia de sì y obviamente en la construcción de la identidad, con impacto en el logro de las metas personales y la autoestima
No es poca cosa, el lugar que tiene el afecto, los besos, los apapachos en la vida de los hijos, o nietos o en la propia vida de adulto, ya que de por sì, los abrazos, besos y caricias son medicina para el alma, rehabilitadores existenciales por excelencia
Bajo este presupuesto, presentamos una lista de apreciables consecuencias de las vitaminas A, B, C; sean estas Abrazo, Besos y Caricias, que podemos tener en cuenta a la hora de evaluar las prioridades nutricionales propias y de nuestros hijos.
Los efectos del abrazo y caricias con amor son:
- Regulación de peso y del proceso de crecimiento (recién nacidos y niños)
- Mejora las condiciones para la adquisición del lenguaje (contribuye al desarrollo neurobiológico)
- Aumento de las moléculas del placer: Endorfinas. Antídoto contra la fatiga escolar o depresión infantil.
- Vinculado a estados emocionales armoniosos, genera una mejora general en el sistema inmunológico incluyendo en la calidad de hidratación de la piel
- Ayuda en la primera etapa de la vida ; desarrollando una integración entre los afectos y la motricidad.( Ejemplo opuesto: aquellas personas que les es difícil manifestar y/o transmitir lo que sienten por acorazamiento muscular, dureza o congelamiento del cuerpo, las prohibiciones de afecto han quedado marcadas)
- El abrazo desarrolla y ancla en la mente y el cuerpo la confianza
- Estimula patrones de afectividad y vinculo, que refuerzan la identidad, esto es, el sentido del quién se es o sentido de pertenencia.
- Aumenta el sentido de autoprotección, ingresado en primer lugar, a partir de experiencias previas de protección (abrazos protectores reiterados de parte de los adultos). En esta dirección, siembra las bases no verbales de la autovaloración (es el abrazo que dice , te valoro y respeto a tu particular y distinta forma de ser, hacer y estar en el mundo).
- Un abrazo puede ser el puente de comunicación empàtica profunda, puede decir: “comprendo lo que sientes”,”eres lo que eres, no solo lo que haces”, de manera que en relación a los niños, es fuente de un reconocimiento, que al centrarse en lo bueno, fortalece su autoestima.
- Si el abrazo es profundamente amoroso y tierno , puede hacer que las emociones de dolor o perdida , se alineen con el sentimiento de amor , transmutándose en sosiego y tranquilidad
- Bajo una visión pura el contacto afectivo y entre ellos el abrazo, crea en el niño una visión integra y respetuosa de su cuerpo y su naturaleza placida. Creando las bases de una personalidad armoniosa
Finalmente, la base del contacto físico, debe respetar el feed back, es decir, el cómo se siente el otro. En ocasiones se invade el espacio del niño y se le lleva al abrazo, en los momentos en que básicamente el adulto lo necesita o se le ocurre.
Este feed back, evita que usemos al otro como materia de nuestros afectos, debilitando nuestra capacidad de sintonía y acercamiento.
Sugiero que te acerques tomando en cuenta las señales de tu hijo, de esta manera lo respetas y fortaleces en su identidad, pudiendo ganar todos los beneficios arriba mencionados.
Lic. Iván Salas Dahlqvist
Especialista en psicoterapia infantil.
ivansalasd@gmail.com
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